La vestimenta de la mujer campesina es sencilla y funcional. Ha sufrido variaciones según la época y la condición social. Las mujeres hacendadas llevaban pesados vestidos largos y anchos, de telas estampadas, muy simples en su forma y estilo.
Hoy se suele representar el traje de la mujer campesina o más bien conocido como traje de china, con una estilización o tergiversación de la realidad. Son creaciones de los grupos artísticos llevadas al escenario. Este vestido suele ser recogido en la cintura, acompañado de delantales de cintura, redondos y pequeños, adornados con vuelos y blondas (que hoy están siendo desplazados por un cinturón ancho, sin brillo y de un solo color, que termina con una rosa en la espalda de la dama). Se dice que esta prenda es una transformación del traje de unas bailarinas de Republica Dominicana que tuvieron su paso por el puerto de Valparaíso, muy parecido en su forma, no así en su textura, ni en su estampado.
El nombre “china”, se les daba a las empleadas de las casas patronales, es un nombre de origen despectivo hacia la raza chilena, pero que con el tiempo el mismo chileno le fue dando un significado amoroso. con respecto al traja de estas, debemos recordar, que el chileno en su esencia es un ser recatado, en todos sentido, también en su forma de vestir y en los colores que lo caracterizan; por ello es importante saber que la mujer de campo no usaba colores fuertes, ni estampados llamativos, sino más bien colores tierra y estampados pequeños (si es que los había).
Además “el falso” es un accesorio que no correspondía a esta clase social. Si hoy se utiliza es por estilización y forma, para que los vestidos tomen cuerpo y no se vean lacios y con poca vida. El vestido y el falso deben ser sobrios.
No han faltado quienes exagerando la nota, utilizan tantos falsos, o, falsos tan abultados que los vestidos parecen verdaderas campanas. Para que hablar de los vestidos cada vez más deslumbrantes en sus formas y diseños. En estas condiciones, estas prendas en vez de embellecer la danza, la apocan tras los despampanantes trajes.
El pelo, si es largo, debe ir tomado en trenza o cola, aplicando una flor o varias pequeñas, de manera sobria, al lado derecho de la cabeza. Lo mismo, el rostro de la dama, si se pone maquillaje, deben ser usados con sutileza, tratando de que no aparente rudeza o liviandad, algo que tiene que expresar dulzura e ingenuidad.
Hoy se suele representar el traje de la mujer campesina o más bien conocido como traje de china, con una estilización o tergiversación de la realidad. Son creaciones de los grupos artísticos llevadas al escenario. Este vestido suele ser recogido en la cintura, acompañado de delantales de cintura, redondos y pequeños, adornados con vuelos y blondas (que hoy están siendo desplazados por un cinturón ancho, sin brillo y de un solo color, que termina con una rosa en la espalda de la dama). Se dice que esta prenda es una transformación del traje de unas bailarinas de Republica Dominicana que tuvieron su paso por el puerto de Valparaíso, muy parecido en su forma, no así en su textura, ni en su estampado.
El nombre “china”, se les daba a las empleadas de las casas patronales, es un nombre de origen despectivo hacia la raza chilena, pero que con el tiempo el mismo chileno le fue dando un significado amoroso. con respecto al traja de estas, debemos recordar, que el chileno en su esencia es un ser recatado, en todos sentido, también en su forma de vestir y en los colores que lo caracterizan; por ello es importante saber que la mujer de campo no usaba colores fuertes, ni estampados llamativos, sino más bien colores tierra y estampados pequeños (si es que los había).
Además “el falso” es un accesorio que no correspondía a esta clase social. Si hoy se utiliza es por estilización y forma, para que los vestidos tomen cuerpo y no se vean lacios y con poca vida. El vestido y el falso deben ser sobrios.
No han faltado quienes exagerando la nota, utilizan tantos falsos, o, falsos tan abultados que los vestidos parecen verdaderas campanas. Para que hablar de los vestidos cada vez más deslumbrantes en sus formas y diseños. En estas condiciones, estas prendas en vez de embellecer la danza, la apocan tras los despampanantes trajes.
El pelo, si es largo, debe ir tomado en trenza o cola, aplicando una flor o varias pequeñas, de manera sobria, al lado derecho de la cabeza. Lo mismo, el rostro de la dama, si se pone maquillaje, deben ser usados con sutileza, tratando de que no aparente rudeza o liviandad, algo que tiene que expresar dulzura e ingenuidad.
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